Reinicio

 

Bueno, quién sabe desde dónde y por qué vienen las cosas. Todo aquello que “nos toca” experimentar a cada uno desde su lugar y canal perceptivo, experiencias que tal vez han sido destinadas a cada uno en particular, colores que tiñen nuestros pensamientos y aquellos “juicios” que incorporamos, cristalizando en bloques de datos todo lo asimilado.

Y es muy difícil ver en toda esa maraña de acontecimientos el origen, la o las causas que nos han traido hasta aquí. Como bebitos seguimos llorando al viento nuestros “¿por qué?”. Y conste que no digo: ¿Por qué a mi?, pregunta en la cual predomina nuestro ego vanidoso, sino que digo simplemente: “¿Por qué?”

De manera, querido lector, que aquí trataré más que nada de preguntas, de búsqueda y, tal vez, de algún que otro hallazgo.

Puedo decir que he tenido una vida un tanto extraña (¿quién no, verdad?), puedo decir que estar vivo constituye un milagro, que todos los procesos que realizamos (la mayoría de manera automática y subconsciente) constituyen un completo misterio que implica un tipo de ciencia que roza la magia y lo imposible. Que cada respiración y todo lo que ella implica es otro misterio insondable; que cada aspecto, por más ínfimo que parezca, se conecta y forma parte de un universo vastisimo y de campos de energía que desconocemos y que sólo apenas vislumbramos desde nuestro actual estado.

Que nuestro cerebro, pensamientos, percepción se hallan en la mayoría de los casos encerrados, prisioneros de creencias y de un campo magnético de influencias que lo manipulan. Si, vislumbro una intención arlequinesca en el universo, escucho la risotada de los demonios tras las cortinas, y me alejo del nauseabundo hedor del autoengaño y la mentira.

Las cosas son increíblemente complejas, pero a su vez, también son extremadamente simples. Todo depende desde donde uno sitúe el foco. Nociones como “punto de encaje” o “detener el diálogo interno” juegan un papel fundamental para todos aquellos que intenten ampliar el radio de su visión. Desde ya recomiendo investigar al respecto las obras en dónde aparecen estos dos conceptos. Busquen quienes no las tengan presentes..

Un punto fundamental que siempre he notado es la capacidad o incapacidad de conectar con la esencia, en primer lugar con la interior y luego por resonancia simpática, al igual que ciertas cuerdas de instrumentos musicales de oriente, con la esencia de universo que en definitiva es la misma. Interior, exterior, son dos grandes receptáculos que se funden en la unidad total.

Estamos rodeados de ilusiones, de hechizos, de brujerías diversas, de maldiciones del inframundo, de incontables legiones que quieren apartarnos de nuestro camino. Nunca sabemos qué vamos a encontrar al doblar la esquina. Pero también a veces recibimos oleadas de afecto, empatía, lazos mágicos de verdadera amistad, camaradería y regalos desde ese “otro lado” de la realidad..

Y el artista siempre está metido en medio de todo este caldo.. es el que, a sabiendas o no, manifiesta energías invisibles y las trae a este plano visible. Es la ventana, la puerta por dónde se expresa una consciencia. Y ¿desde dónde procede dicha consciencia? ¿Es nuestro ser evolucionado que nos envía mensajes desde un futuro colmado de realizaciones positivas? ¿Es un extraño ser interdimensional que nos susurra al oído? ¿Es una supercomputadora cuántica en la cual estamos viviendo inmersos en realidades artificiales sin saberlo? ¿Es Dios?

La verdad es que no tengo respuesta o respuestas. Lo que si se, es que la dirección es hacia arriba, y lo estratos de consciencia o del ser necesitan ser transitados. Estamos en un camino, por lo que nos vemos impelidos a movernos. En ese camino tal vez encontremos la aniquilación, o la trascendencia.. que visto desde un lado o del otro, pueden referirse a un mismo resultado observado desde distintos “puntos de vista”.

Hecha la presentación, termino esta entrada dejando abierta la puerta a mis próximos escritos, tanto de reflexiones, de sucesos significativos que acontezcan en la “vida diaria” o de acontecimientos que haya presenciado en carne propia. Éstos últimos me gustaría irlos contando de una manera literaria, es decir, que no sean crónicas específicas en dónde menciono tal o cual situación con tales o cuales personas, sino contarlos a manera de relato literario, modificando las circunstacias y los personajes para alejarme de mi propia visión “literal” y abrirla a nuevas posibilidades.

Muchas gracias por su atención.

Hasta pronto.

 

AGHARTA